No somos tan importantes ni tan insignificantes como pensamos

Muchas veces tendemos a sobre apreciar quien somos, que logros hemos conseguido en nuestra vida, nuestras posesiones, etc.

Pero por su defecto también muchas veces pasa lo contrario, y al compararnos a los demás pensamos que no hemos tenido suerte en la vida, que otros lo han tenido mucho más fácil y simplemente envidiamos las distintas facetas de la vida de otras personas.

Pero la realidad no es ni una cosa ni la otra. Siempre va a haber gente que tenga o haya conseguido más así como gente que tenga o haya conseguido menos que nosotros.

Y no por ello somos ni más ni menos. Todos hemos nacido y vivido en unas circunstancias diferentes. Todos hemos tenido una serie de experiencias que nos han condicionado de una forma o otra. Y gracias a ello tenemos aspiraciones diferentes, culturas diferentes, filosofías de vida diferentes…

Todas ellas igual de válidas.

A lo que quiero llegar es que todo el mundo tiene problemas, de un tipo o otro y desafíos que superar. Todos estamos pasando por un proceso diferente al del resto, y por ello es estúpido comparar nuestra vida con la de otras personas.

La única persona con la que debemos siempre compararnos es nosotros mismos. Ver si hoy estamos haciendo las cosas mejor que ayer, y si no es así ver que podemos hacer para cambiarlo.

Vivir el estilo de vida que más felices nos haga, que muchas veces no es el que nos venden como ejemplo a seguir.

Y a resumidas cuentas ser la versión más auténtica de nosotros mismos y ser dueños de nuestra propia vida.